martes, 17 de junio de 2014

¿A qué huele la lluvia?

La lluvia huele a todo.
Huele a quererte mucho, huele a extrañarte más.
Huele a escuchar pasos en la casa, huele a un gato maullando en la ventana.
Huele a cama destendida, huele a las 7 de la mañana.
Huele a una película triste, huele a ganas de llorar.
Huele a pensar cosas en movimiento, huele a unos novios corriendo en el parque.
Huele a nostalgia de los tiempos que no quiero que vuelvan nunca, huele a que las cosas van mal y se pueden poner peor.
Huele a madera vieja, huele a trova, huele a jazz, huele a Rayuela.
Huele a nada.
Huele a ti.

lunes, 31 de marzo de 2014

Y el verbo se hizo arte

“… era capaz de reflexionar sobre el misterio de su origen, de estudiar el extraño y tortuoso sendero por el cual había surgido desde la materia estelar. Era el material del cosmos contemplándose a sí mismo. Consideró la enigmática y problemática cuestión de su futuro. Se llamó a si mismo humano. Y ansió regresar a las estrellas." Carl Sagan.

El arte es un milagro porque sublima el alma, cualquier ser con un ápice de humanidad no puede permanecer impávido ante la marea que desatan Mozart, Vivaldi, Bach, Tchaikovsky o incluso Paganini, el concertista del diablo. Quién no se pierde entre las sombras perfectas de Caravaggio de Miguel Ángel o de Rembrandt o debatido entre Descartes, Kant o Nietzsche. El arte es un milagro en todas y cada una de sus expresiones, desde la música que es el fenómeno más maravilloso que puede producir el hombre, pasando por la pintura, la escultura, el cine y la filosofía, que es el Big Bang de la conciencia humana, todo es un milagro, una manifestación divina.
Nietzsche era fervoroso amante de la música, concretando en una de sus máximas más divulgadas que sin música, la vida sería un error. Máxima que choca al decir que Dios ha muerto. Creo yo firmemente que Dios no murió, al contrario, el Dios que Nietzsche hizo muerto y todos los dioses de todos los panteones se encarnaron y se hicieron uno que se nos muestra amoroso y benevolente desde que el hombre fue iluminado y bendecido con el don de hacer arte.
El arte lava y alivia las culpas y convierte en pérfidos a los santos, brinda identidad a los pueblos y ensalza los crímenes de las naciones haciéndolos parecer gestas heroicas, el arte exaspera el añil de la melancolía y el carmín de la sangre, lo vuelve todo subjetivo, tan subjetivo como la belleza.
Deberíamos todos rendir culto a lo bello, a la belleza del amor y de la alegría, pero también a la belleza lúgubre de la tristeza y del luto, a la belleza ardiente de la pasión y el odio.

El arte nos vuelve dioses y hombres, porque nos conecta con la majestad de lo divino gracias a la armonía, sea armonía del color, de formas, de sonidos, pero armonía perfecta. Y nos vuelve hombres, nos recuerda nuestra gloriosa condición mortal porque nos penetra en el miedo, en la nostalgia, en la incesante e infinita lucha del hombre por volver a las estrellas.

martes, 11 de febrero de 2014

Pale blue dot

That's here. That's home. That's us. On it everyone you love, everyone you know, everyone you ever heard of, every human being who ever was, lived out their lives. The aggregate of our joy and suffering, thousands of confident religions, ideologies, and economic doctrines, every hunter and forager, every hero and coward, every creator and destroyer of civilization, every king and peasant, every young couple in love, every mother and father, hopeful child, inventor and explorer, every teacher of morals, every corrupt politician, every "superstar," every "supreme leader," every saint and sinner in the history of our species lived there – on a mote of dust suspended in a sunbeam.
The Earth is a very small stage in a vast cosmic arena. Think of the rivers of blood spilled by all those generals and emperors so that in glory and triumph they could become the momentary masters of a fraction of a dot. Think of the endless cruelties visited by the inhabitants of one corner of this pixel on the scarcely distinguishable inhabitants of some other corner. How frequent their misunderstandings, how eager they are to kill one another, how fervent their hatreds. Our posturings, our imagined self-importance, the delusion that we have some privileged position in the universe, are challenged by this point of pale light. Our planet is a lonely speck in the great enveloping cosmic dark. In our obscurity – in all this vastness – there is no hint that help will come from elsewhere to save us from ourselves.

Pale blue dot, Chapter 1, Carl Sagan.